La administracin Obama ha decidido apoyar el Tratado de Libre Comercio con Panam, al que hasta ahora se oponan tenazmente los demcratas, segn anunci el Representante de Comercio de los Estados Unidos, embajador Ron Kirk, ante un comit del Congreso estadounidense la semana anterior. Este es un giro dramtico en la poltica comercial, pues en la campa?a electoral el presidente Obama se opuso claramente al libre comercio. En efecto, el TLC con Panam sera el primer paso, que ?segn anunci Kirk? tendra lugar en el mes de junio y sera complementado con acciones para que tambin, antes de fines del presente a?o, se apruebe el TLC con Colombia, una fuente an mayor de controversia en las filas demcratas. Tambin hay luz verde para luego seguir con el TLC con Corea del Sur.
Ajuste mayor. De tanta o mayor relevancia es el ajuste profundo que esto implica en la poltica de los demcratas hacia el hemisferio: la administracin parece haber decidido, correctamente, que es imperativo enviar se?ales de apoyo a sus aliados polticos en la regin en vez de ceder a las presiones de los sindicatos norteamericanos y sus aliados entre las filas demcratas.
A pocos das de la exitosa participacin de Obama en la V Cumbre de las Amricas en Trinidad y Tobago, y en el contexto de la crisis econmica mundial, ahora agravada en el hemisferio por la amenaza de la gripe porcina, esta decisin sin duda refleja que la administracin Obama no abandonar el campo de juego a Hugo Chvez y sus seguidores, sino que adoptar medidas prcticas para fortalecer su posicin regional y respaldar a los lderes democrticos que impulsan polticas responsables.
Kirk fue claro al se?alar que la Administracin quiere resolver lo relativo al TLC con Panam dentro de las prximas semanas, y los aspectos concernientes al TLC con Colombia antes de finales de este a?o. Las objeciones de congresistas demcratas al acuerdo comercial con Panam se centran en dos aspectos fundamentales: los derechos laborales (la sempiterna causa, que muchos consideran pretexto proteccionista, de los sindicatos estadounidenses) y la legislacin paname?a relativa al secreto bancario y el alegado abuso de su sistema financiero para evadir impuestos.
La idea es aprovechar el perodo entre las elecciones paname?as de este domingo, que las encuestas indican sera ganada por el candidato opositor, Ricardo Martinelli, y el traspaso de poderes, previsto para el prximo 1 de julio, para que la Asamblea Nacional paname?a introduzca cualquier cambio legislativo que sea necesario para facilitar la aprobacin del TLC en el Congreso norteamericano, pues el actual Presidente paname?o, Martn Torrijos, quiere dejar firmado el tratado por el que tanto ha luchado. Las mismas autoridades estadounidenses reconocen que cualquier cambio se enfocara ahora a los derechos laborales, pues no hay tiempo para adoptar reformas en la legislacin financiera. Por su parte, Martinelli ha dicho que ser un aliado an mayor del Gobierno estadounidense, por lo que no es de esperar que los legisladores paname?os que lo apoyan obstaculicen las modificaciones.
Batalla en el Capitolio. Aunque la administracin Obama an no ha enviado formalmente el TLC con Panam al Congreso, ya est informalmente buscando los votos para su expedita aprobacin. Claro que los enemigos jurados del libre comercio que destacan en las filas demcratas harn lo posible por descarrilar este giro poltico. Los representantes Mike Michaud (Maine) y Phil Hare (Illinois), as como el Senador Sherrod Brown (Ohio), ya lanzaron ataques contra la iniciativa gubernamental.
Pero el apoyo de Obama al acuerdo hara que ms legisladores demcratas se inclinen a apoyar el TLC, una vez que Panam haya introducido los cambios legales que se acuerden. As lo dej entrever el propio lder de la mayora demcrata en la Cmara de Representantes, Steny Hoyer (Maryland), el pasado 22 de abril, en una conferencia de prensa. Adems, importantes grupos empresariales han expresado ya su decisin de abogar fuertemente por el Tratado una vez que la Administracin lo remita oficialmente al Congreso.
Esta nueva poltica, pragmtica y sensata, que articula tanto una visin ms abierta hacia el libre comercio como una postura poltica de apoyo a los aliados en el continente, representa sin duda alguna un vuelco de gran trascendencia para el futuro de las relaciones entre la regin y los Estados Unidos. En los difciles momentos actuales, ste es un signo positivo y esperanzador para nuestros pases.